Frío


No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. 

Ésta es la frase que Lia se repite constantemente. En su vida sólo hay sitio para contar las calorías y para hacer ejercicio cuando la han obligado a ingerir una cantidad de alimentos que ella considera excesiva. Siempre. Pero ahora su amiga Cassie, con quien llegó al terrible pacto de convertirse en la más delgada del instituto, ha muerto y la persigue en sueños, porque se la quiere llevar con ella, no quiere estar sola al otro lado.

Lia tiene una oportunidad: puede aceptar la ayuda de aquellos que se la ofrecen, sus padres, su hermana pequeña; puede aceptar el consejo de los médicos, pero no será hasta que haya tocado fondo que pueda recobrar la ilusión por una vida que se le escapa de las manos.



Este libro es un claro ejemplo de lo que está sucediendo con la sociedad: por un lado los medios de comunicación han jugado con nuestras mentes y nos hacen creer que ser talla 0 es lo mejor del mundo; los chicos han preferido a las chicas huesudas y los padres de familia *cof cof Cassie* nos impusieron el papel de chicas perfectas. Incluso entre amigas.

La historia de Lia es totalmente cierta *no porque se haya basado en alguna chica real* sino porque es cierto que hay millones de chicas que lo hacen. Lia es un claro ejemplo de la presión de la sociedad consumista. Lia es mentirosa, perfeccionista, manipuladora, obsesiva... humana, el personaje está muy bien construido. También lo están los padres de Lia, su madrastra, Emma, los padres de Cassie; todos actúan como se supone que hace la gente ante una situación como esta: Lia matándose, sus padres peleando por ver quién tiene la culpa...
Los personajes, excelentes.

Otra cosa es la imaginación de Lia.
La forma en la que piensa: ella no sólo ve una papa frita, ella ve una unidad de grasa saturada con sodio bañada en salta de tomate con conservadores. La forma en que Lia ve el mundo te hace estar dentro de su piel, sentir sus huesos, sus miedos a comer y ser descubierta, es todo su mundo. Y si, la manera en que el libro está escrito, el acomodo del texto, es diferente, fresco.

El ritmo del libro es perfecto, las cosas pasan en el mejor lugar/tiempo que pudo existir. El final, la verdad, me gusto, aunque en alguna que otra escena, mordia al que tratara de sacarme el libro.



La trama y el tema me impacto, pero la historia esta muy bien relatada, y no esta ni sobrecargada ni con poca información es simplemente muy bueno, porque muestra la vida desde su punto de vista.

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